domingo, 26 de agosto de 2007

EL DESPERDICIO

El desperdicio , es la nueva novela de Matilde Sánchez que si bien no se trata de una biografía en sentido estricto, no es difícil detectar que la protagonista, Elena Arteche, alude a la fallecida profesora y crítica literaria Mónica Tamborenea.

Sánchez define su novela como una "elegía" a su antigua amiga, aunque fija el balance de esa vida-objeto en el "desperdicio" de talento e inteligencia, en el escurrirse de una intelectual "brillante" hacia la reclusión rural y la prematura muerte.

Desde este fuerte juicio sobre la vida de Elena Arteche, la novela avanza por tres grandes bloques de tiempo. "La edad de la comedia" narra la llegada de las hermanas Arteche a Buenos Aires desde su pueblo, Pirovano, y los años de formación universitaria durante la década del ochenta. "El período gótico" transcurre a comienzos de la del noventa y relata el regreso de Elena al campo, donde se dedica a explotar la estancia familiar. Finalmente, la etapa del "barroco fúnebre" se ocupa de sus años finales, cuando la entrega a la bebida y a la depresión dan paso a un destino peor: el cáncer y la muerte en 2001.

Si bien son escasas las referencias políticas y sociales a los años ochenta (a excepción de endogámicos guiños de grupo), a medida que la novela se interna en la década del noventa, la realidad social se va filtrando en sus páginas, a causa de las visibles transformaciones que la crisis económica y las inundaciones imprimieron en tierras pampeanas. Las historias de los cazadores de liebres y de los linyeras del campo son dos momentos interesantes de estos capítulos por la potencia y la riqueza literarias que Sánchez extrae de ellas, como la imagen de containers portuarios que sirven de casas para linyeras y arman "esquinas" en la pampa.

Con todo, es aquí donde se torna más visible el choque de ambiciones y de registros que hacen de El desperdicio , por momentos, un ensamble diverso: el afán etnográfico por registrar perfiles sociales emanados de la crisis (el varón desocupado), sumado a la crónica periodística sobre la inundación y las internas municipales, termina por trasladarnos a un mundo narrativamente alejado de Elena, a la que, luego, el lector debe retornar.

Nota publicada en ADN Cultura (La Nación)